martes, 11 de septiembre de 2012

Antón Losada se rinde como bocazas ante

Hermann Tertsch que lo ha desplumado, como quien no quiere la cosa, de su fatua demagogia, ensimismada de estulticia, arrogancia y disposición inquisitorial y verduga contra lo que se mueva que no se haya sometido a su excelencia ética de izquierdas, progre, chulesca y bobosolemne.

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