Hermann Tertsch que lo ha desplumado, como quien no quiere la cosa, de su fatua demagogia, ensimismada de estulticia, arrogancia y disposición inquisitorial y verduga contra lo que se mueva que no se haya sometido a su excelencia ética de izquierdas, progre, chulesca y bobosolemne.
No hay comentarios:
Publicar un comentario