viernes, 18 de marzo de 2011

La iglesia en Cataluña manifiesta su encarnación en la

cultura catalana en la que se consagra la resurrección del Verbo que habitó en el norte de la península ibérica en la "cosa nostra", mientras el dragón de San Jordi la va devorando pormenorizadamente. Los progres acaban perdiendo la fe, los nacionalistas la corrompen y los integristas te echan de ella. Ahora se entienden los temores de Santa Teresa, cuando pedía que Dios le permitiera morir dentro de la iglesia.

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