jueves, 6 de marzo de 2014

Saludé a Leopoldo Panero en El Corte Inglés

de Las Palmas como quien toca la mano temblorosa, ciega y contestataria del malditismo. Me pidió que intentara que le publicaran en EL DÍA cuando, yo mismo, ya no tenía aquella página de NOCTURNO donde le habría ofrecido una entrevista de página entera. Luego, que lo propusiera para recitales en las distintas Facultades... El asunto no sólo estaba fuera de mis competencias sino que, por aquel entonces, pocos le recordaban  con mi mismo interés. Estaba en el Psiquiátrico de Las Palmas. Acaba de morir allí.

No hay comentarios: