corrompido del faisán. Yo estoy sobre el bien y el mal; puedo tener unos principios y los contrarios; en mi, como decía el Cusano, como Ser Supremo, se superan todas las contradicciones. Soy el Gran Impostor, soy el Pantocrator. Ya me decía mi abuelito que la democracia no era nada más que un juego de cobardes, arribistas y ladrones para que puedan controlar el poder los oportunistas e incompetentes sin dar palo al agua. Libertad, para qué. ¡Cuántos crímenes se han cometido en tu nombre!
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