(Óscar López todavía atropella el torrente de bolas que suelta en el mismo plan): echar contradicciones al gobierno con un sí, un no o un desprecio, distraer o aburrirle con propuestas contrarias al azar y, en última instancia, con el tipex o la fotocopia, decirnos y desdecirnos a placer, cómodamente y en tono ZEN-ZP, sin dar palo al agua y con convicción.
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