subvencionan nuestros disparates (y, sobre todo, la condición cancerígena de nuestros partidos nacionalistas como último invento blanqueado, pirata y mafioso) podremos continuar atropellando los derechos individuales, cerrando hospitales, vampirizando a los ciudadanos y echándole la culpa al estado cuya existencia acreditamos tanto como parasitamos, continuaremos abriendo embajadas e inaugurando consejos como el lingüístico occitano-aranés. En España continuamos existiendo esclavos y chulos como siempre. Lo que pasa es que hemos conseguido engañar a todo el mundo con nuestros enredos mentirosos.
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