Iglesias dijo en algún momento, aludiendo a Rivera, que entre la copia y el original él se quedaba con el original, y para que no hubiera dudas de qué original hablaba añadió que su rival era el Partido Popular. Iglesias es un político que tiene que aclarar todo el rato de quién es rival y de quién no es adversario, asuntos que hasta ahora no hacía falta explicitar y menos en campaña. Pero su partido es muy de manual de instrucciones, quizá para que nadie se pierda en el laberinto de sus cambios de vocación ideológica. Sea como fuere, el original, allí representado por Rajoy, no dio señales de entender el mensaje, le dedicó a Iglesias sólo tres alusiones frente a las veinticuatro en dirección contraria, y se empeñó en rivalizar con el dirigente del PSOE. Como antaño. Ah, el bipartidismo vive después de muerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario