lunes, 4 de febrero de 2008

Las chuletas de la Chacón, fórmula del culto a la excelencia socialista.


1 comentario:

Anónimo dijo...

El único saber de cierta gente entra por el oído, como la fe, noble testimonio. Pero, cuando el oído no sirve para el diálogo sino para el acatamiento, como la respuesta condicionada de Paulov, nos encontramos en medio de un rebaño.Qué rico es. Sus dogmas son muy simples y su eficacia automática, dependiendo de un silbido o de monosílabos. Además, se está calentito. Por eso, el que se mueve no sale en la foto. Cuando se sube en el escalafón se tiene la posibilidad de reproducir el discurso del jefe, en cuyo entorno se han macerado voluntades y privilegios. La única autonomía crítica posible es el apunte o la chuleta. La Chacón está acostumbrada a las chuletas en la mano. Pensar, memorizar, llevar unas cuartillas exige demasiado esfuerzo. Tener un puesto privilegiado en el rebaño tiene sus beneficios.