martes, 5 de febrero de 2008

La ciudadanía no puede consentir jueces estrella, magos ni saltimbanquis en su administración.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Comentario:



En una democracia la ciudadanía es la única responsable de la administración de justicia y exige las estrictas virtudes de competencia, dedicación y responsabilidad de sus funcionarios en un modelo de garantías, sin espectáculos, mixtificaciones, magias, ni roces de togas con el polvo del camino. Debe garantizarse transparencia en la estricta separación de poderes y el protagonismo exclusivo de la ciudadanía en su administración.¿Personalismos? ¡A ganarse el pan haciendo estatuas vivientes!

Anónimo dijo...

Eso. En Las Ramblas de Barcelona, en la calle Castillo de Santa Cruz de Tenerife, en Preciados de Madrid... Garzón sería más útil para la democracia como estatua en cualquier paseo de nuestras ciudades. Si un funcionario no garantiza responsabilidad, competencia y dedicación en su fución representativa (humilde) de la ciudadanía, debe marcharse por dignidad. Una forma de REPARAR, COMPENSAR Y RECTIFICAR de Garzón sería desaparecerse para impartir justicia en cualquier barrio donde no pueda sacar rédito a la alta función encomendada. Por supuesto, primero tiene que hacer un cursillo.