sábado, 23 de octubre de 2010

El vicepresidente Rubalkaba empieza a

revelar su inveterada condición de fuente de mentiras y colores, de convicciones en cal viva y pedagogías espaventosas, arrogante predicador, pistola al cinto, celestino de presuntas democracias y terroristas, que puede vender a España en un top manta con su quinquero ZP y, dado a la impostura y al camuflaje, puede aparecer mañana rezando maitines como un monje o repartiendo la bendición urbi et orbe.  

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