gracias a los parias de la tierra, sobre todo a los aceituneros altivos que han sabido sobrevivir como pulgones a todos los vándalos, almorávides, almohades y benimerines que hemos sido siempre hasta nosotros mismos, garrapatas colorás. Los demás, al exilio, a la servidumbre y tocando palmas. ¡Ele! ¡Vivan tus muertos!
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