martes, 30 de abril de 2013

La Constantina ha desafiado los atareados años

con docilidad bella y coraje esperanzado. Hechos de polvo y tiempo, nos entrega el testigo y su testimonio (El Ave verum corpus natum de Mozart):

Ella que asumió el juego arriesgado y hermoso de la vida, amasó entre los pinares y los olivos de Peñalta en Benatae y la Pineda de Mar, el sol, la luna y toda la historia en la disgregación de cada día y en su empeño enamorado de la vida (El Concierto de Aranjuez y de toda España):
Ahondó en el repiquetear profundo de las cosas, incansablemente (Rapsodia del Concierto nº2 para piano de Rajmaninov):
Y, por encima de todo, incluso en la oscuridad de esta noche, el Himno a la Vida:

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