acabó mandando mensajes de texto bastante duros a los nuevos vicesecretarios generales de la formación porque nadie la defendía. Pasó de ser "la alcaldesa de España", querida y temida por su enorme poder, a acudir completamente sola al Tribunal Supremo el pasado lunes. "Estaba muy baja de ánimos" y "tomaba medicamentos", reconocen quienes trataron con ella hasta el final. "Los peores, los nuestros".
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