miércoles, 2 de noviembre de 2016

Gabriel Albiach sobre el lumpen proletariat y Rufián.

Haber leído a Marx muy joven, haberlo hecho bajo la dirección del más grande de sus intérpretes en los años sesenta, ha sido un don que no acabaré de agradecer nunca. Me hace inmune a ciertas tentaciones, en cuya estupidez veo naufragar hoy a una generación iletrada. De los bellos sentimientos de quienes no han pasado por la biblioteca, sólo puede aguardarse la caída en lo más sórdido. Lo que está ya de camino. Los pizpiretos penenes de Podemos lo llaman plebeyismo. Y lo anhelan.    El sábado por la tarde, yo escuchaba a un tal Rufián, diputado impensable en un Parlamento civilizado. Me vino, de inmediato, lo leído en Marx y Engels hace medio siglo. No me fue difícil dar con los pasajes. Hay hallazgos que quedan en la memoria para siempre. Este de Engels en 1870, por ejemplo: «El lumpen-proletariado, esa escoria integrada por los elementos desmoralizados de todas las capas sociales… Ese deshecho absolutamente venal… Todo líder obrero que utiliza a elementos del lumpen-proletariado para su guardia personal y que se apoya en ellos demuestra con este solo hecho que es un traidor al movimiento». Rufián es el deseo inconfeso de Iglesias". (ABC)

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