El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, aprovechó su coincidencia ayer por la tarde con el Rey en una entrega de premios en Barcelona para responder al mensaje que Don Felipe había dirigido por la mañana ante las Cortes a los independentistas catalanes. En clara alusión al desafío soberanista, el Rey había exigido «el respeto y observancia de la ley y de las decisiones de los Tribunales» porque constituye «una garantía esencial de la democracia». El Rey defendió que «la supremacía de la ley elimina la arbitrariedad de los poderes públicos».
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