miércoles, 28 de mayo de 2008

Bobosolemnes, la culpa es mía, ZP, amante bandido.

El poder conseguido con falsas promesas, fatuidades, delirios, mentiras, marrullerías, demagogias y requerimientos para depredadores, carroñeros y rebaños con minusvaloración cerebral y autodesprecio compartido, es destructor. ZP avergüenza y acabará con todo vestigio de las legítimas ilusiones socialistas. Otros, seducidos por el populismo, el voto fácil y el triunfo del capricho, buscan hacerse simpáticos y abandonar lo único consistente, las ideas, la autentificación de la democracia y el ejercicio pormenorizado de la ciudadanía envidiando aquellos caminos indignos, miserables e imposibles. Con lo fácil que sería desenmascarar tanta farsa nacionalsocialista y de cómplices rémoras.

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