viernes, 19 de septiembre de 2008

Lamer las extremidades de los nacionalistas es lo

de menos con tal de estar en el poder a costa de lo que sea y someter a la democracia al papel de coartada para el atropello y la exclusión de cuantos no acepten su esclavitud por arte del poder garantizado por la mitad más uno de los votos. Para ello es imprescindible inflar el peso específico de los votos nacionalistas que, por su particular condición, están dispuestos a quebrar al estado o algunas de sus funciones. Por cierto, los ciudadanos interesan muy poco a estos asalteadores del poder y corruptores de la democracia.

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