el gobierno vasco llueve sobre justos y pecadores y, además, nos pagan un pastón por el teatrillo que tenemos montado, del que se cuelgan amiguetes, clientela y parásitos. Aguantad. Que nos dure el cuento identitario, el camelo de nuestras quejas contra unos y otros y que se mueran los feos. Haced como yo y no como el mozo que, indignado, arremetió contra una Erriko Taberna por una acción de los chicos de la gasolina y los petardos.
Anasagasti: Siempre que no se metan con mi madre.
Ciudadanos: ¡Mierda de hipócritas colaboracionistas, corruptores de la democracia, traidores de los ciudadanos, cobardes y miserables!
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