Gemelos Eguiguren y Aizpolea. Estuve a punto de adoptarlos. Tan buenecitos, tan entregados a la lucha por la paz, desde la confianza, el "riesgo" de los chiquitos y las mutuas amenazas (de Eta y los suyos y de Chus, vasco y español y del gobierno, y los suyos). Dice Chus, paladinamente, que el País Vasco no tiene solución. Pero sí un arreglo. Para eso está él. Contando, por supuesto, con las mercedes de Nuestra Señora ZP de las Civilizaciones. Sin su ayuda y protección nada habría sido posible. Mientras tanto, a la ETA le toca matar y a quienes se le opongan morir, por mucho que se amarguen las víctimas del terrorismo, del totalitarismo y del matonismo cómplice. Que se exilien, que los maten y los saquen por las puertas de servicio, que se avergüencen de sí mismos, estos perros.
Ciertamente, la solución está en la democracia. No en un colaboracionismo redentorista, gracioso y contemplador en eterno retorno.
La solución está en una democracia de hombres libres e iguales. No en un oscuro y sórdido destino.
La solución está en una democracia de hombres libres e iguales. No en un oscuro y sórdido destino.
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