Son argumentos de pedigrí incomparables, la niña luego de ZP, casada con un ricacho y subvencionado salvador de la famélica legión como el camarada troskista Roures, ha sido ministra de defensa embarazada y confederal, en su fórmula más progre-regre de autonomía-cabeza-de-ratón y caprichosa o de cómo se puede pasar del internacionalismo a la payasada con barretina y pandereta, con Rubianes y la Piqué. Todo sea por los avales y porque España ya puede permitirse el lujo de tener a una mujer como yo como presidenta del gobierno. Se ceba contra la España casposa que reinventa con champuses Lagarto, su séquito de peluqueras, cocineros y melindres. Exhibe su lucha contra un Franco sacado de ultratumba y maquillado con su amito ZP, el aplauso de Carrillo y la devoción de una tropa de frikis oportunistas por una política como autocracia, estrategia de monopoly con los dados marcados y "vale pulpo como animal de compañía". Esa soy yo, dispuesta a dar mimitos a quien sea con tal de llegar a ser la Chochona de la presidencia del gobierno y la Ratona del poder que no es más que un queso para mis ratoncitos.
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