Católica (¿quién era esa?), a mi que soy anticatólico, como recompensa a mis disparates y delitos y después de haber empobrecido más a los parias de la tierra, enriquecido a mis huestes, avergonzado a mis conciudadanos, humillado a una nación discutida y discutible, marrulleado con las leyes como un autócrata divino... cuando deberían enviarme a la cárcel. A este país no hay quien lo entienda. Por de pronto, preparo el medallero.
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