lunes, 30 de enero de 2012

Entra por la Catedral del mudéjar al llegar a Toledo

(ese lujo que tiene España, según Julio Caro Baroja): A la derecha de la Puerta de la Bisagra
se encuentra la iglesia de Santiago del Arrabal,
de un mudéjar sublime y estremecedoramente espiritual (tres naves con crucero y tres ábsides, de inusitada altura), un un púlpito de yesería mudéjar (s.XIV),
varias lápidas sepulcrales y el retablo mayor plateresco.
 
Mínimamente ornado, es relevante la imagen de San Vicente Ferrer,
misionero impertérrito entre moros por toda España. Todo encaja en tanta solemne austeridad que impone al recogimiento y a la "sumisión" divina. A la derecha, la Virgen de la Estrella con sus devotos de siempre; sigue por la Calle del Cristo de la Luz, deja abajo y al lado, la izquierda, la espléndida Puerta del Sol.
Tras la Puerta del Cristo de la Luz, también a la izquierda y sobre un resto de calzada romana,
 debemos entretenernos en la Mezquita de la Luz,

la mejor conservada de las diez de la época musulmana en la ciudad de Toledo (¿sobre una cueva de ermitaño?). Fué un pequeño oratorio dispuesto para el acceso a la ciudad y para la preparación a la salida. Construida en la época del Califato de Córdoba y construida en el año 999. El ábside fue añadido (siglo XII)
 
cuando Alfonso VI la cedió a los caballeros de la orden de San Juan, estableciendo allí la ermita de la Santa Cruz, la más antigua del arte mudéjar. De interés sus arcos lobulados y sus bóvedas únicas.
Sigue por la Iglesia de San Nicolás y párate a comer en el Casón de los López (C/Sillería),
 exquisito, bueno, bonito y barato, si no has decidido abordar el barrio judío por su parte noroeste
 o entrando por la Puerta del Cambrón. 

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