"No sabemos nada, si es vecinal mira a ver en el ayuntamiento, que a lo mejor queda algún concejal de la CUP y te puede decir algo". Es media mañana y la policía municipal de Sabadell, la quinta ciudad más grande de Cataluña, desconoce que aquí, en pocas horas, se llevará a cabo la primera asamblea de todos los Comités de Defensa del Referéndum (CDR) de Cataluña. Es lógico, porque la hora y el lugar concreto no están publicados en ningún sitio. Los organizadores, el CDR de Sabadell, dependiente de la CUP local, se han cuidado de que solo los invitados sepan de la convocatoria. Los CDR son plataformas ciudadanas gestadas por la CUP días antes del referéndum del 1-O para garantizar el voto; ellos fueron los que durmieron en los colegios electorales y organizaron las manifestaciones posteriores a la actuación policial que colapsaron las arterias de las principales ciudades de Cataluña. Durante las últimas semanas han crecido exponencialmente, tanto en número como en extensión geográfica, y se cree que al menos cien barrios de la región poseen su propio CDR, cuya estructura se basa en los Comités de Defensa de la Revolución del castrismo.
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