Había pocos protagonistas en el Camp Nou cuyas declaraciones pudieran adquirir mayor relevancia que las de Gerard Piqué. Siempre valiente en la derrota, comprometido con las causas sociales, nunca ajeno al momento político y manifiestamente a favor de la celebración de un referéndum. Votó por la mañana y supuestamente fue de los que intentó que no se celebrara el partido en el Camp Nou, pero aceptó la decisión de la mayoría. Así lo explicó tras el encuentro: “La Junta intentó suspender el partido de todas las formas posibles, pero no pudo. La Liga y Las Palmas querían jugar. Lo debatimos en el vestuario. Había opiniones para todos los gustos, pero al final nos decantamos por jugar. Fue muy difícil sin nuestra afición. Después de todo lo que había pasado en toda Cataluña fue la peor experiencia de toda mi vida. Quería que acabara lo antes posible e intentar ganar. El partido era lo menos importante del día”. Y, aunque concedió que al asumir la voluntad del grupo su opinión personal contaba poco, dijo “entender perfectamente que haya aficionados que no entiendan por qué jugamos”.
- No llores por mi, Argentina.
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