los pobres (empobreciéndolos, bajándoles el sueldo, remitiéndolos al paro y a la caridad pública, paralizando las pensiones, subiendo los impuestos, destrozando fuentes de trabajo...) mientras mantiene subvenciones infames para sus amiguetes y comparsas, salva a los ricos para que no sufran demasiado, se lo lleven crudo, sobre todo los enchufados en las Cajas malversadas y parasitadas, mantener a sus lacayos y correspondientes asesores, defender a los bancos que le prestan la pasta para sus despilfarros, delirios y un estado tan disparatado como inviable.
Recuerde la música de «Iba yo de peregrina» de María del Monte y cántela con esta letra:
«Yo no he trabajao en mi vida/y ya estoy prejubilao./Y ya estoy prejubilao,/yo no he trabajao en vida/y ya estoy prejubilao,/soy del PSOE de Sevilla/y mi hermana y mi cuñao./Y mi hermana y mi cuñao,/mi suegra, mi tío Manolo/y mi primo El Colorao,/y nos llevamos los euros/bastante más que doblaos./Cuéntame, me dijiste cuéntame,/cuenta los dineros, Paco./¡Porque yo abasto no doy,/nunca he visto tanto taco!
»Mi primo el del sindicato/me dijo que era un negocio./Me dijo que era un negocio,/mi primo el del sindicato/me dijo que era un negocio,/que el asunto de los ERE/era más que sustancioso./Era más que sustancioso/y que no me preocupara/que eso no era de mafioso,/sino de ser un tío listo/y bastante habilidoso./Méteme, yo le dije méteme,/méteme, dije a mi primo./¡Porque ya dice el refrán,/"a mi primo yo me arrimo"!
»Nos buscamos una empresa/que tuviera relación./Que tuviera relación,/nos buscamos una empresa/que tuviera relación/y que estuviera bien vista/para la Administración./ Para la Administración,/nos metieron en plantilla/con el resto de currantes/y nadie dijo ni pío/ni le pareció chocante./Mírame, yo te dije mírame,/mírame, cariño mío./¡Más dinero que un marqués,/tiene ahora tu marío!
»Todo iba de maravilla/pero a un tonto lo trincaron./Pero a un tonto lo trincaron,/todo iba de maravilla/pero a un tonto lo trincaron/y fue allí en Mercasevilla/donde al tonto lo grabaron./Donde al tonto lo grabaron/pidiendo unas comisiones/a un empresario honrado/y eso arrastró a los EREs/y se descubrió el tinglado./Fíjate, yo te digo fíjate,/fíjate, cariño mío./¡Es posible que al "marqués",/se lo lleven detenío!».