políticas se alza como protagonista de la transición a la democracia de los movimientos insurgentes y revolucionarios de los países islámicos en el norte de África y Oriente Medio. Hacedme caso, la democracia es muy divertida. Sólo necesitáis tener un abuelito que estimule vuestro destino republicano y socialista, feministón, rojo y verde sin curas ni imanes de esos. Con nuestro nuevo empeño ideológico vivimos a costa de la Merkel depredadora y nos podemos montar un tinglado en plan termitero en el que la "cosa nostra" puede disfrutar como yo mismo que he llegado a ser presidente. No hay mejor cosa que la democracia. Creedme. Tengo cinco millones de razones para que confiéis en mi si os falta un abuelito. Soy yo.
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