Una democracia vergonzante ha hecho posible que disparatados como Tardá pudieran engrosar el matonismo grosero y filoterrorista de quienes quieren someter a la mayoría a sus psicopatías dándoles altavoz y recursos a pesar de su escasa representación democrática. ¡Cuanta responsabilidad tiene en el deterioro de nuestra convivencia la insensatez de partidos envejecidos en sus burocracias tan alejadas de la realidad.
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