martes, 22 de enero de 2013

Todavía en vela como una virgen prudente,

permanece la seducción del "Quem vidi, Quem amavi, Quem credidi, Quem dilexi de Santa Inés en nuestra noche oscura, con el aviso que de vez en cuando nos asalta, del timeo Deum transeuntem de San Agustín.

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