jueves, 14 de marzo de 2013

Bauman defendió que el Holocausto, básicamente,

 fue una consecuencia lógica de la civilización moderna y su creencia en la ingeniería social a gran escala y no algo accidental dentro de la barbarie irracional precivilizada.
Y entre las formas de intervenir en la transformación social  no cabe la exclusión, la fagocitación o la invisibilización del otro y arremete contra el indignatismo recordando que no se puede ir por la vida exhibiendo esa especie de escapatoria del alma... Contra ese inconformismo y contra el conformismo propio de una identidad líquida hecha de costra adaptativa hay que que reactivar una responsabilidad permanente (ha estado en Barcelona).

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