domingo, 7 de febrero de 2016

El otro día estuvimos en Las Raíces. Era todo luminoso...

Soñamos la naturaleza con toda su fuerza y desbordado esplendor, tan cerca, y que tantas veces hemos pisado hasta Las Lagunetas y siempre más arriba con sus perfiles únicos.



 También nos acercamos hasta el que fue el Monumento a Franco donde se reunió con sus jefes y oficiales  antes de la guerra civil (el 17 de junio de 1936 en la guarnición en Las Raíces, en el monte de La Esperanza). Hecho tremendo por su trascendencia en nuestra historia reciente, e inolvidable para conocernos y reactualizar nuestra voluntad de convivencia en paz y libertad. Desde luego, la democracia no se exhibe destruyendo monumentos y cambiando el nombre de las calles ni readaptando la historia al cuento impostor de cada uno. Quien olvida su historia está condenado a repetirla.

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