sábado, 20 de febrero de 2016

Vengo escuchando la ronda de la muerte, ese lugar

socorrido y tiempo único entre la maravilla y la esperanza, y cuyo boleto de entrada en función especial y, al parecer, privada, gusta acariciar tanto mi amigo Félix en su rincón, solícito con su encuentro. Atiendo con cierto desdén  la ronda y su rumor, aunque sienta que estoy en cola porque mi mundo también va desapareciendo. Hoy entierran en Benatae a la tía Gabriela. Ayer murió Umberto Eco.

1 comentario:

Anónimo dijo...

!!!!SOLO DESAPARECE ESTE ENVOLTORIO QUE NOS FUE DADO LLAMADO CUERPO!!
PERO DE ESE CUERPO EMANA PARA SIEMPRE EL ALMA.
ESA ALMA QUE DESDE LA CAPACIDAD DE SU DUEÑO, SEMBRÓ PENSAMIENTOS,CONVERTIDOS EN MÁGICOS GRAFISMOS LLAMADOS "PALABRAS".
Y ALLÍ ESTAN...SOBRE PURAS SUPERFICIES BLANCAS...MOSTRÁNDOSE, PERMITIENDO QUE CADA UNO LAS INGRESE EN EL PROPIO CONOCIMIENTO.
DIGO...QUÉ MUNDO MARAVILLOSO...POR SOBRE LOS DISLATES DE UNOS...LA HERENCIA DE ""ECO"", UN eco QUE REPETIRÁ EN LA MONTAÑA DEL UNIVERSO
SUS VISIONES DEL HOMBRE, SERÁ UNA VOZ SIN SILENCIOS.
VUELE ESPÍRITU...PLENO...CON LIBERTAD...QUE MAS DE UNO EN ESTE PLANO NO TIENE...............GLADYS