lunes, 3 de diciembre de 2007

Las mentiras de Acebes según Pepiño.


1 comentario:

Taif dijo...

Zaplana y Acebes fueron educados en una familia cristiana y en colegios que les exigían tener como referencia los principios evangélicos. No pueden mentir ni insultar. No saben. Les da vergüenza. Es tal la certeza de esa imposibilidad que se fiaron de que los demás tampoco podían mentir, como Busch en lo de Irak. Además, Dios los ve y con tan elevado testigo uno no puede escapar. Así, ante las mentiras de quienes no tienen otra verdad que la propia conveniencia, les da lo mismo ocho que ochenta y se prestan a decir digo donde dijeron Diego (Diego el Fantástico es un fenómeno de la naturaleza a la hora de mentir y tergiversar, como Caldera que además nació con tipex para los apaños), Acebes se ruboriza tendiendo al autocastigo por un posible error ante las acusaciones y requerimientos de los mentirosos, soñando todavía que "nadie puede mentir porque Dios los ve".
Son inútiles los castigos e insultos de Pepiño solicitándoles improperios y mentiras entre los que él se mueve como pez en el agua, y Diego donde dije digo, y Caldera con su tipex, y la medusa Rubalcaba con su cabeza llena de serpientes y ZP en sus delirios... Este es el calvario en el que se divierten tanto. No saben lo que hacen, pero les gusta ser malos y lo hacen porque les da mucho morbo y así continúan carroñeando de la gente a la que todavía embelesan, tratándola de estúpida y deficiente mental, con su amor por la justicia y el látigo. El Guerra, aquel que dió por muerto a Montesquieu, fue su maestro de novicios. Ahora, son expertos. Se irán al infierno por pasarse de rosca y por remalos.