sábado, 19 de enero de 2008

Pepiño, aterrorizado, se sueña domando a Rouco.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pepiño sueña con Rouco para domarlo pero se encuentra con que lo ve como al diablo.
Anónimo

Taif dijo...

Al final, era lo mismo: "Con la iglesia hemos topado, Sancho". Pero, no por el poder que pueda arrastrar la fe y los rebaños de creyentes sometidos a tan "ilustrísimos monseñores" sino por la posibilidad de un poder al margen del democrático cuando la democracia soy yo y, como decía Lenin, "libertad para qué". Pepiño ha aprendido en la confesión de su secta que "demócrata, libre, igualitario y chachi, soy yo y a tí te encontré en la calle". Pepiño ignora que la libertad es condición sagrada del hombre -de todo hombre-, y no una fuerza de la naturaleza que haya que reducir. Lo único que nos cabe es posibilitar conciencia y libertad y voluntad de convivencia; y eso sólo es posible desde la libertad.