miércoles, 23 de enero de 2008

Un ciego no puede guiar a otro ciego.


1 comentario:

Taif dijo...

Es una reflexión evangélica: un ciego no puede guiar a otro ciego. Lo peor es cuando una macomunidad de ciegos se pone a conductor oficial de pueblos. Nos llevan al abismo. Sobre todo, si tropiezan con la constitución y la justicia. El descalabro puede ser morrocotudo.