martes, 22 de enero de 2008

No hay detergente que limpie a Rubalcaba que, además, destiñe.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Sólo los rostros pálidos con incrustaciones carbonatadas, nítricas y sulfurosas (ambiente en el que se entrenan para su infierno seguro de fuego y azufre)pueden tener tanta resistencia. Además, su aire profesoral destiñe.Deja a sus oyentes con los ojos como platos testigos de la fatuidad de su discurso que puede ser el mismo y su contrario con las argumentaciones de su lógica aplastante.Rubalcaba habla y habla a quienes quieren escucharle, torrencillo inútil y seco, convencido de estar en el coro de túnicas blancas del apocalipsis, al que pertenecen sólo quienes conservan su inocencia.Dejadle estar.Delira.