jueves, 29 de enero de 2009

Por fortuna, empezamos a reconocer en ZP síntomas

de ansiedad y desfondamiento por lo agotador de mantener los delirios de ser como dios y salvador del mundo sin llegarle a la suela de los ZPatos de Obama, otra promesa divina. El único consuelo del adolescente es la levedad y lo ridículo de una ignorancia infatuada.

No hay comentarios: