un policía español, españolito valiente. Heroísmo lo tenemos todos los resistentes en una democracia ocupada y en estado de excepción. Es la constitución la que revela nuestra condición ciudadana, el orgullo de nuestra convivencia y su riqueza. Su nombre es España. Sólo en su nombre es posible la paz, por encima de sentimientos y gustos respetables. El heroísmo es mantener ese compromiso en medio de un engaño. Por eso, hermano, no me llames gudari, nombre falso de la mitología de los arrogantes conquistadores de 150 metros de monte y de 150 kilómetros de huida en su sueño delirante de dar cuerpo a una estafa, el PNV. El delirio duró unos días para aquellos pretenciosos guerreros con las alpargatas en el culo. (Cfr. Lizundia Precisiones al hermano del asesinado.
Sábado, 20 de junio).
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