los criminales, a sus cómplices, a los consentidores, a los que miran hacia otro lado, a los que no dan importancia a los pequeños atropellos, a los marrulleros, a los que disculpan o hacen la vista gorda, a quienes quieren convertir en derecho su obcecación y prepotencia... Porque ¡todos somos Gloria Lago!
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