para mi amito el césar ZP que debe acabar con los gigantescos delirios emascarados de molinos de viento, sobre todo de la iglesia, ese residuo oscurantista de lo religioso. Él es la luz del supremo arquitecto y nuestro santo papa librepensador, desde que tuvo conciencia de ser la pura encarnación de la metafísica del progreso, rojillo y feminón. A mi lo que me interesa es ser un obispo laico y gordinflón como Indalecio Prieto, bien comido y mejor bebido, en mi ínsula Barataria.
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