mediática, contra la cobardía y la hipocresía de quienes, en el poder y sus cercanías, han querido acabar con él y su coraje, en defensa de la dignidad de España y de sus ciudadanos.
Tertsch vence, por fin, a la hidra porque, entre constituyentes, sólo puede imponerse la ley sobre cualquier grupo mafioso o de presión. El periodismo tiene como función superior, en la convivencia democrática, el desenmascaramiento de los poderes que pretendan secuestrarla y esclavizar a los ciudadanos.
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