muy bien el consejo evangélico "que no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha" (me manejo muy bien con las dos). A ver si ahora "El Pocero" va a ir contando por ahí que todavía no le he pagado el picadero que me hizo, en plan superricachón, a mí que no tengo nada que ocultar ni a la famélica legión de la que soy motivo de esperanza, que carezco de privilegios de la Caja Castilla la Mancha, que he aumentado mi patrimonio gracias a mi pobreza evangélica, que he emparentado con la nobleza y he conseguido que la nobleza emparente con los "jijos del pueblo" gracias a mis habilidades y que sé sortear tantos cambalaches sin que se entere ni la izquierda ni la derecha... ¡Bono soy yo!
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