invitado por su idolatrado Obama. Poseído de un obtuso pseudolaicismo iconoclasta, anticristiano y comecuras, no nos extrañaría que se preparara, con el socorrido bendaje en una presunta mano derecha herida, para sus jueguitos de someter a los "regres e integristas religiosos de Washington" a que le choquen su mano izquierda con la que previamente ha urdido ritos de desprecio y rechazo.
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