a los muertos, sobre todo si han caído en "acciones de paz" y de que le griten que nos ha metido en una guerra. Envía guardias civiles para convencerse y dar por hecho de que él es un hombre de paz y de que los envía para reconstruirla (si fuera posible, desarmados, y evitando cualquier tipo de confrontación que queda feo en un pacifista, rojo, laico y feministón), pero cuando mueren como en una guerra, se le fastidia el invento y lo van a volver loco. Además, él sí que tiene un muerto en una guerra de verdad, de buenos y malos, que es su abuelito que era un mártir, alto, rubio y con los ojos azules y, además, un masonazo en plan Rousseau y el buen salvaje. ¡Qué tío era mi abuelo y qué primo el nieto!
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