vuelve a legitimarse con el voto el disparate del monstruo nazifascista de algunas autonomías. Tenemos un gran trabajo por delante para que esta democracia, que tiene mucho de desierto, tribal y mafiosa, posibilite no otra cosa que un gobierno competente para ciudadanos, y en su nombre, libres e iguales, en unas instituciones leves, transparentes, ágiles y eficientes, servidas por ciudadanos eficaces. En todo el mundo.
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