sábado, 27 de noviembre de 2010

Gracias quiero dar al divino Laberinto de los efectos y

de las causas por la diversidad de las criaturas que forman este singular universo...por el amor, que nos deja ver a los otros como los ve la divinidad...por el fulgor del fuego que ningún ser humano puede mirar sin un asombro antiguo...por el pan y la sal, por el misterio de la rosa, que prodiga color y calor sin verlo y biensabiéndolo en su pecho. Él es Quien lo sabe y ella también cuando los días y las fechas, todos son uno, en este instante como la primera vez (Con ocasión de Borges).

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