(El resultado de las votaciones en el País Vasco, trágico efecto de colaboración con banda armada del autócrata ZP, señala la gravísima evidencia del desprecio a la Constitución y a la voluntad de los constituyentes. El gobierno y el nacionalismo colaboracionista ha premiado a la dictadura del crimen, del terror activo y pasivo y al matonismo moral, esa fumigación del adversario o del independiente. Se ha legitimado la violencia como poder democrático contra los constituyentes desarmados y asesinados. Se ha exaltado el crimen como heroismo. Ha quedado patente y desenmascarada la fragilidad de la democracia y de la organización de los partidos políticos que han podido entregar todo el poder en manos de un desalmado y delirante ZP).
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