A principios de septiembre se encontró en África una gran sima que contenía 1.500 huesos que pertenecían a una nueva especie humana. Era el 'Homo Naledi', el paso intermedio entre los chimpancés erguidos y los australopitecos, el género del que la mayoría de expertos piensan que surgió el género Homo. Los naledi medían 1,5 metros y pesaban unos 45 kilos.Tenían el cuerpo estilizado y rasgos humanos, como la capacidad de andar erguidos o unos dientes relativamente pequeños. Sus manos tenían ya el pulgar oponible y sus pies eran muy parecidos a los de los humanos modernos, solo que un poco más planos. Por cómo y dónde estaban ubicados los huesos, los descubridores creen que los homínidos fueron depositados allí por sus congéneres, lo que supondría un comportamiento funerario que no había sido observado hasta el momento en humanos tan primitivos.
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