El populismo es también un farol y una parte del resumen del medio año de Ada Colau es que no ha hecho nada. En la mayoría de los más extravagantes compromisos que Ada Colau contrajo con su público más devoto, su respuesta ha sido, en el mejor de los casos, la gestualidad. En los servicios sociales, mantiene las partidas de CiU, por mucho que a través de las redes sociales anuncie paquetes de medidas y demás brindis al sol. En su asunto estrella, que son los desahucios, la situación está absolutamente igual según reflejan los datos de 2015, con la demostración de que la «culpa» no es de los bancos: y que ni siquiera hay culpa, sino propietarios particulares que legítimamente reclaman lo que es suyo. (ABC)
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