miércoles, 13 de abril de 2016

Nadie tiene derecho a perder una hora de clase

mientras los chicos vayan a clase en el Líbano, aunque caigan bombas, decía yo hace mucho tiempo a mis alumnos (prácticamente no faltaba nadie a clase). Hay vida en "Damasco, más allá del frente: Un baile, una cena o ir a clase se han convertido en reductos de normalidad en una capital destrozada por la guerra.(PERIODISTA DIGITAL)

No hay comentarios: