miércoles, 3 de mayo de 2017

Nicolás Maduro lleva a su gobierno,

y por tanto a su país, hacia el precipicio. Se equivoca.  Si de verdad quiere redimir a las clases más desfavorecidas de Venezuela, lo mejor que puede hacer es buscar con la oposición una salida negociada y dialogada a la crisis actual, y propiciar un futuro a tan hermoso territorio.  Lo curioso es que la pieza clave de esa magna operación es el propio Maduro. Puede pasar a la Historia como un dictador que masacra a su propio pueblo o como el hombre que intente de verdad la reconciliación entre los venezolanos.

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